Suena el despertador a las 6:30, la primera noche del Camino no la he pasado tan mal teniendo en cuenta todos los contratiempos del primer día… ¡Podría haber sido peor! Hoy continúa mi ruta en bici por el Camí de Sant Jaume.
He quedado con las monjas en tomarme el desayuno a las 7:30, pero se me está echando el tiempo encima porque no contaba con la comida comprada ayer, y no encuentro la manera de meterlo todo en las alforjas. A mi favor tengo que decir que con el paso de los días le fui pillando el truco y en las alforjas acababa entrando todo lo que quisiera, pero en el día 2 no se me podía pedir más.
Al final acabo bajando a las 7:45, y la monja ya estaba preocupada: