Ya ha pasado la segunda noche de mi Camino de Santiago en bici, y he dormido como un tronco. El cansancio del día anterior se notaba, fue apagar la luz y caer rendido a los 30 segundos. Ahora toca cruzar el Camino de Santiago en Monegros…
Hoy es el tercer día de ruta y para mí supone todo un hito. Nunca he realizado rutas de más de dos días seguidos, así que todo lo que pase a partir de hoy es nuevo. ¿Aguantará bien mi culo? ¿Iré bien de ánimos? ¿Me esperan muchas penurias más?
Meto todas las cosas en las alforjas, hoy parece que el equipaje cabe mejor (o le voy pillando el truco). Bajo a eso de las 8:30 a la cafetería del hostal a tomar algo antes de arrancar. Me tomo un café con leche con una magdalena, ya que tampoco tengo mucha más hambre, y me voy a cargar las bolsas a la bici, que está atada en el rellano.
Salgo a las 9:00 del hostal y arranco en dirección a las montañas que se ven al fondo, dirección Monegros. Paro en un parque a llenar los bidones de agua, y salgo de la ciudad. Nada más salir empieza una pista que va subiendo poco a poco. Hace fresquito y un poco de sol, la temperatura ideal para ir en bici. Voy subiendo con calma y parando a hacer unas fotos, no tengo prisa, hoy dormiré en un hostal o pensión, ya que no hay alojamiento para peregrinos, así que puedo llegar a la hora que quiera. Cuesta un poco adaptarse, porque siempre que salgo en bici tengo un tiempo de llegada, un tiempo a batir, apretar un poco más en esa subida para mejorar mi registro anterior… Pero ahora no es así. Ahora voy en bici por el mero hecho de ir en bici, de disfrutar dándole a los pedales. No hay necesidad de ir con prisa, no hay necesidad de agobiarse con el tiempo, sólo hay que disfrutar del camino y de cada kilómetro recorrido.
Al final, tras 40 minutos, unos 4 kilómetros y pico, y 260 metros de ascenso, me encuentro arriba a las puertas del desierto de Monegros. Comprobando el segmento de Strava en casa veo que no soy el último… pues ni tan mal jajaja.
Arriba hay un cartel que indica que esa es la ruta del Camino de Santiago. Sopla bastante viento (helado) y hace frío, por lo que decido ponerme el chubasquero ya que toda la ropa de abrigo que llevaba (camiseta térmica interior, maillot y chaleco) ya la llevaba puesta. Empiezo a pistear hasta encontrar la antigua N-II, hoy cortada y abandonada, donde me paro a hacer alguna foto.
Aquí empieza un pisteo siguiendo paralelo el trazado de la N-II (la actual) que me acompañará a lo largo de todo el día. Y también empezará el temido cierzo, un viento racheado proveniente del noroeste que sopla a menudo en esta zona. Y como habrás podido intuir, el hecho que venga del noroeste y yo tenga que ir en dirección noroeste quiere decir que me tocará comerme el viento de cara durante toda la etapa de hoy.
El pisteo se vuelve largo y pesado. Voy paralelo a la carretera, por una pista ligeramente embarrada de la lluvia de estos últimos días, sin una sola sombra, y paralelo a la carretera. El sol pega fuerte, pero a la vez el viento es helador. Yo llevo el chubasquero (la parte de arriba, que la de abajo voló) para que me corte un poco el viento, porque sin él paso frío, pero con él sudo a modo sauna… No encuentro el equilibrio.
Cruzo la carretera por un túnel por debajo de ésta, donde se ven muchas huellas de lo que parecen ser jabalís. Al cabo de unos kilómetros llego a Candasnos.
En Candasnos no hay nada, pero por lo menos sí una fuente donde llenar los bidones de agua. Me noto algo fatigado, no acabo de estar al 100%, y eso que es una etapa casi llana… Seguramente sea de no haber desayunado bien, una magdalena no creo que me dé mucha energía.
Salgo de Candasnos y el viento sopla más fuerte. Sigo el pisteo paralelo a la nacional, algo justo de fuerzas. Llego a Peñalba, que me suena de haber pasado por aquí en la Orbea Monegros. Me paro en un banco a comer algo que llevo en las alforjas. El sol pega fuerte, pero el viento sopla helado. Yo todavía llevo el chubasquero y estoy empapado de sudor. Si me lo dejo me aso, si me lo quito me congelo…
Como unas barritas, frutos secos y un par de mandarinas, y sigo mi camino. Salgo de Peñalba por una carretera en dirección Caspe, en ligera subida. Las colinas que hay por aquí tapan un poco el aire, que ahora pega de lado. En lo más alto giro a la derecha, para ir por una pista asfaltada entre campos.
Aquí me encuentro en la parte más alta de la zona, sin un solo árbol alrededor, y con el viento soplando muy fuerte de cara. Lo peor es que sopla racheado y me frena hasta casi pararme… Estar avanzando en llano con el plato pequeño a molinillo me desmotiva bastante. Desde Candasnos que voy penuriando, sin fuerza en las piernas y con la cabeza preguntándose qué leches hago aquí. La recta interminable no lo hace más llevadero, y avanzo 10km por esa pista asfaltada que se me hizo eterna, los 10km más largos de la historia. Ahora viendo el track en el ordenador iba a unos 14km/h, que tampoco está tan mal, pero la sensación era de estar yendo hacia atrás.
Por fin llego a Bujaraloz y busco un sitio para comer, porque lo necesito si quiero acabar la etapa de hoy. Encuentro el Hostal Las Sabinas, que tiene un bar, y entro con la bici. El bar está medio vacío a excepción de cuatro jubiletas que están jugando al dominó en una mesa del fondo. Me pido un bocata y una cocacola, y mientras espero a que me sirvan viene una mujer, supongo que la dueña, y me pide que quite la bici del bar “porque da mala imagen”.
– Perdona, ¿qué?
Creo que la he oído mal, y es que me cuesta asimilar que una bici “dé mala imagen” en un bar de pueblo, ni que hubiese entrado en un restaurante con estrella Michelin lleno de barro…
Finalmente, y tras decirle que no voy a dejar la bici con todas mis pertenencias en la calle, me permite entrarla en un garaje/trastero que hay un poco más abajo en la calle. Dejo ahí la bici y me vuelvo al bar a comer. El bocata de lomo con queso me sienta de lujo, me recarga las pilas a tope. Al acabar, antes de ir a buscar la bici sello la credencial para certificar que he pasado por aquí.
Salgo y parece que el cierzo ha amainado un poco, o quizás es la sensación que me da porque ahora tengo más energía para luchar contra él. Me he secado un poco comiendo, así que ya no tengo que ir con el chubasquero puesto.
Tras unos kilómetros recuerdo que la noche de hoy la tengo que pasar en un hostal de Pina de Ebro. La etapa de hoy no tiene alojamiento peregrino en ninguna parte, por lo que toca tirar de alojamientos privados. Va a ser la noche más cara de todo el Camino, pero ya estaba contemplado.
Llamo al hostal de Pina de Ebro para confirmar que tengan sitio… y no lo tienen, están llenos. Hostias, eso no me lo esperaba. Toca cambiar el final de la etapa y alargar un poco más. Voy a llamar a Fuentes de Ebro a ver si ahí tienen sitio…
En Fuentes de Ebro me confirman en el Hostal San Miguel que tienen sitio. ¡Genial! Toca alargar 11km más una etapa que se me estaba haciendo larga de por sí, pero bueno, el hombre del hostal me ha confirmado que puedo llegar a la hora que quiera mientras sea antes de las 9 de la noche…
Cruzo la N-II por un túnel y sigo la pista hasta que se acaba. Veo un cartel que indica que el camino sigue a mano derecha pegado a la carretera. El camino se va degradando, primero a una pista más estrecha, luego más sucia y con maleza, hasta acabar en una especie de sendero muy cerrado lleno de hierbajos, embarrado y con un palmo de agua. Parece que por ahí es por donde corre el agua cuando llueve, y ayer llovió… ¡Mierda! Es imposible pedalear así que toca un rato de pateo comiendo hierbajos, mojándome los pies y llenándome de barro. Por suerte el trozo feo dura tan solo uno o dos kilómetros, y vuelve la pista despejada.
Ruedo cómodo por esta pista por fin. Me noto las piernas con energía, el viento casi no sopla, y tras el sendero feo de antes esto me parece una autopista. Pronto llego a la carretera A-1105, y la tomo durante 1km hasta volver a otra pista.
Este va a ser el último tramo de pista antes de llegar a Pina de Ebro. En medio de la nada me encuentro a una pareja de peregrinos que viene andando en dirección contraria a la mía. Supongo que estarían haciendo el Camino Ignaciano… Nos saludamos y deseamos buen camino. ¡Qué alegría más tonta! Después del día de penurias, este encuentro fortuito cuando me voy encontrando mejor me alegra el último tramo. Lo que ya son las 5 de la tarde y ellos están en medio de la nada… Debe hacerse bastante duro este tramo del camino a pie.
Finalmente llego a Pina de Ebro, ya no me queda nada para acabar la etapa. Busco una fuente en el pueblo y no encuentro nada… Al final pregunto en lo que parece la plaza principal y un hombre me dice que ¡no hay fuentes en el pueblo! ¿Cómo es posible?
Me acerco a una especie de chiringuito en el medio de la plaza, donde hay un par de paisanos arreglándolo. Les pido si puedo llenar agua del grifo, y sin problemas acceden. Uno de ellos me pregunta qué camino estoy haciendo, y me cuenta un poco sus aventuras. Se ve que es aficionado a la bici también, y que ha hecho el Camino del Ebro. Ahora le ronda por la cabeza abrir un alojamiento peregrino en el pueblo, pero nunca encuentra el momento para empezar. Si lo hubiese abierto ya quizás me hubiese quedado yo hoy, vete a saber.
Salgo de Pina por carretera, y luego ruedo un rato por una pista con mucha grava al lado de la vía del tren, para evitar la N-232. Al cabo de 10km llego a Fuentes de Ebro y ¡esto ya está hecho!
Busco el Hostal San Miguel, y me alojo ahí. El dueño me da una habitación más grande para que pueda meter la bici y los trastos cómodamente. La habitación tiene una cocina y todo, qué bien.
Voy al BonArea del pueblo a comprar algo para cenar y para llevar conmigo. Mañana es 1 de mayo y es festivo, así que no podré comprar nada pese a que pase por Zaragoza. Además, hoy me merezco un homenaje, que estoy especialmente hecho polvo. También aprovecho para comprar una crema hidratante/reparadora, que el culo empieza a resentirse pese a que me ponga la crema anti-rozaduras cada mañana. Finalmente acabo cenando una pizza, una ensalada y una buena Estrella Galicia bien helada.
Ya estoy en el Camino del Ebro, he acabado el Camí de Sant Jaume y he conseguido atravesar el desierto de los Monegros. Pedalada a pedalada estoy cada vez más lejos de casa, o más cerca de Santiago. Tras el sufrimiento de esta etapa, los pequeños momentos de disfrute se acentúan, me hacen valorar más las cosas. Esto es vida, esto es el Camino de Santiago.
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Datos de la etapa:
Distancia: 99,61km
Desnivel: +867m
Tiempo en movimiento: 7h11min
Tiempo total: 9h27min
Dinero gastado: 49,84€ (5,80€ del bar de Bujaraloz, 30€ del hostal, 14,04€ de las compras)
Lugares donde dormir en esta etapa:
Candasnos: Hostal la Cruzanzana – 974 463 044 / Pensión el Pilar – 974 463 017 – Unos 30€ ambos
Bujaraloz: Hostal Monegros III – c/La Luna, 7 – 976 173 547 / Hostal las Sabinas – c/Sta. Ana 6-8 – 976 173 450 – Unos 30€ ambos
Pina de Ebro: Pensión los Valles – c/Magisterio Nacional, esquina con Av. Goya – 976 165 553 – 27€
Fuentes de Ebro: Hostal San Miguel – 976 169 071 – 30€
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