Camino de Santiago en bici, Etapa 6: Calahorra – Navarrete

Suena el despertador y remoloneo un poco ya que estoy cansado y tengo una habitación para mí solo (y me lo puedo permitir, claro que sí). Hoy me espera mi etapa del Camino de Santiago entre Navarra y La Rioja. Desayuno con la calma en la propia habitación, recojo las cosas, y cuando lo monto todo en la bici y me dispongo a salir veo en el reloj que son las 9 de la mañana. Ahiva, sí que me lo he tomado con calma…

Al salir del albergue Calahorra me recibe con una racha de viento helada. Joer qué frío. Apoyo la bici en la pared del albergue mientras abro las alforjas en busca de más capas que ponerme por encima. Finalmente acabo poniéndome la camiseta térmica interior, el maillot, el chaleco, y el chubasquero, que es todo lo que tenía. Y si hubiese tenido más ropa me la hubiese puesto, porque la temperatura era de tan solo 8 grados, y toda la ropa que llevaba yo era de verano… El tiempo ha cambiado mucho desde que salí de casa y no me esperaba un frío así, no venía preparado.

Por si el frío no fuera poco, hoy sopla un viento fuerte y racheado, y seguro que soplará de frente siguiendo el Ebro. Me tocará tener paciencia porque el día se puede hacer largo.

Salgo del casco antiguo en bajada y cruzo Calahorra por una zona de colegios. En una rotonda ya en la salida, tomo la carretera LR-483 hasta Murillo de Calahorra. Es una carretera muy rota y parcheada, sin nada de tráfico en ese momento. El viento sopla racheado en contra y me va frenando. Hace mucho frío y lo noto sobre todo en las piernas y los pies, que van de verano.

Siguiendo la carretera me acabo pasando un desvío que debía tomar a mano izquierda por una pista, y acabo entrando en Murillo. En Murillo las casas me resguardan del viento, pero al salir del pueblo para retomar la pista el aire me recibe de nuevo.

El Camino pasa por una pista recta infinita (bueno, en realidad son 5 kilómetros) entre viñedos. No hay árboles, no hay construcciones, sólo hay viento en contra y un falso llano que sube poco a poco que destroza mi moral a cada pedaleada. Paso un frío de pelotas y avanzo a unos 11 kilómetros por hora en llano, con el plato pequeño puesto y las alforjas haciendo vela, frenándome a cada racha de viento.

No hay nadie en el camino y se me hace muy pesado. Vuelvo a pasarme de largo un cruce y bajo a una especie de canal. Me doy cuenta de que ese no es el camino correcto por una X amarilla que veo pintada en el suelo, menos mal…

Retomo el camino correcto, paralelo a la AP-68, autopista que me acompañará durante los seis kilómetros siguientes, donde además la pista empieza a picar hacia arriba de manera más evidente. En un momento dado me veo con el molinillo puesto, dando todo lo que tenía en una cuesta ridícula, pero con un frío y un viento que no eran normales. Por si no era suficiente, cruzo la autopista por un puente y me recibe una cuesta entre viñedos, la última antes de llegar a Alcanadre.

Interminables campos antes de Alcanadre

Llevo 20 kilómetros de ruta en 1 hora y 50 minutos de pedaleo. No puedo más. Se me está haciendo eterno y estoy sufriendo mucho por el frío que tengo. Por suerte ahora la pista baja hasta Alcanadre.

Cuando llego al pueblo me meto en el primer bar que veo, necesito descansar, no puedo seguir así. El bar es bastante oscuro, las personas ahí presentes tienen caras serias, y apenas nadie está hablando, sólo se oye la tele de fondo. En otras circunstancias me hubiese largado de ahí rápido, pero necesitaba un respiro.

– Hola; un café con leche caliente, por favor.

El hombre que había detrás de la barra (metro noventa, otro metro de ancho, barba, supongo que era el dueño) ni se inmuta y sigue de espaldas a mí, colocando los vasos en la repisa. Pensando que no me ha oído lo vuelvo a intentar:

– Hola; un…
– Sí, sí, siéntate, ahora te lo traigo.

¡Hostias que sa’ enfadao’!

Hostias, qué miedo, a ver si me va a dar dos guantazos… jajaja.

Me siento en una mesa y me quito varias capas para no acostumbrarme y que no me entrara frío al salir. Al rato me trae el café, y al contrario de lo que esperaba, no me lo tira en la cara.

Me tomo el café con calma. Necesitaba algo caliente, y el café me sabe a gloria después de tanto sufrimiento. Nunca había valorado tanto un café… jaja.

Ya habiendo acabado el café y sin ganas de entretenerme mucho más, pago y me dispongo a salir, cuando el dueño me llama:

– ¡Oye chaval!

Un poco acojonado (no nos vamos a engañar) me giro y le respondo:

– Sí, dime…
– ¿Estás haciendo el Camino de Santiago?
– Sí, voy para Logroño
– Pues al salir de aquí no sigas las flechas, que es una putada, ven, mira…

Saca una servilleta y un boli y se pone a hacer un croquis. Resulta que el camino a la salida de Alcanadre sube unas colinas por una pista llena de piedras y grava suelta, que es una putada para ir en bici. Esta pista acaba bajando a las vías del tren. Lo que el hombre me propone es ahorrarme todo este trozo e ir por una pista “nueva” que hay al lado de las vías del tren, y empalmar con el Camino de las flechas amarillas justo en el trozo en el que éste se encuentra con las vías. De este modo me ahorro toda la subida (con el viento en contra, no lo olvidemos) y avanzo por un camino más resguardado.

Le agradezco al hombre el consejo y salgo del bar en dirección a la salida del pueblo. Aquí puedo hacer dos cosas, o seguir el track recto, o bajar a la estación a mano derecha y buscar la famosa pista que me comentaba el paisano. Busco en en GPS la pista que me ha indicado, pero no encuentro nada. No está la pista en mi mapa. Pero el Topohispania tampoco es que esté actualizado a la última así que decido hacer la última comprobación en Google Maps. Tampoco aparece ahí. Tengo dudas sobre lo que debo hacer, pero esta vez decido seguir las recomendaciones, y bajo hacia la estación a buscar la pista.

Las indicaciones han sido buenas y encuentro la pista justo cruzando las vías como me dijo, y la voy siguiendo paralela a las vías. No veo a nadie y las indicaciones de la pista son tan pobres que se reducen a una flecha de madera cagada por los pájaros… La pista se va asalvajando, cada vez veo más vegetación y parece que tarde o temprano el camino va a desaparecer.

Alcanadre Camino de Santiago
Parece fake, o no?
Y esto se va cerrando…

Pero en un golpe de suerte inesperado veo una furgoneta de una empresa de jardinería, y un poco más adelante los trabajadores desbrozando el camino. ¡Por fin un poco de suerte! Sigo la pista durante 6km y al final de ésta me encuentro la pista del Camino que baja de la colina. Menos mal que le he hecho caso al hombre del bar porque parece que el Camino viene de bien arriba.

Subidoooooooooon!!!
El camino «original» que viene de arriba
Por la izquierda «el original», y por el medio «la alternativa». Al loro con el detalle de los calcetines puestos a secar.

Al volver al camino marcado con las flechas amarillas el viento vuelve a azotar. Ruedo al lado de las vías del tren durante un rato, y tras dejarlas y pistear unos kilómetros más, llego a Arrúbal. En Arrúbal no veo nada interesante y decido seguir pisteando hasta Agoncillo, donde hay una especie de castillo en el que me paro a hacer unas fotos.

Arrubal Camino de Santiago
Arrúbal
Agoncillo Camino de Santiago
Agoncillo

Paso cerca del aeropuerto de Logroño y la pista me acaba llevando a la N-232. Ruedo un trozo por la nacional hasta un cruce donde el track me indica que debo cruzar las vías del tren. Lo malo es que este cruce ahora está vallado (¡doble valla!) y no se pueden cruzar las vías en este punto.

Pues parece que por aquí no se puede…

Decido seguir avanzando, en algún momento habrá una alternativa. Veo una entradita a mano derecha y creo que por ahí se podrá. Me meto y resulta que es el parking de un puti.

Al final tengo que subir a la rotonda que hay justo antes de que empiece la autovía LO-20 para cruzar las vías y volver un trozo hacia atrás para empalmar de nuevo con la pista. Desde ese punto hasta la entrada de Logroño son 6 kilómetros, primero por pista, y después asfaltados.

Hago unas fotos en Logroño y me dirijo al centro, a la Oficina de Turismo. Llego a las 14:05 y justo acaban de cerrar (cierra a las 14h). ¡Mierda! Pues me voy a la Oficina del Peregrino… Y también está cerrada, porque cierra a la misma hora. Los horarios del Camino, a los que no me acostumbraré…

Ya llevo 500km!

Logroño era un buen final de etapa en mi planificación, más después de todo lo sufrido hoy. Pero como tenía que pasar por Decathlon a recoger las cosas que compré online hace 4 días desde Lleida, y éste queda más o menos cerca de la salida de Logroño en dirección Camino Francés, pues decido acabar en el siguiente lugar que tenga albergue, que en este caso es Navarrete.

Pero… ¿y si llego tarde y no hay sitio? Pues voy hasta el siguiente pueblo.

¿Y si ahí tampoco? Pues al otro, y así consecutivamente. Ahora ya me podía encontrar gran cantidad de albergues por todos los pueblos por los que pasara, no había tanto riesgo de quedarme tirado.

Entonces nada, hacia la zona comercial de las afueras, a recoger mis pantalones de chubasquero, un maillot largo para el frío y una cámara de repuesto (no sé por qué la compré, pero en ese momento me parecía que la podía necesitar). Entro en el Decathlon, lo recojo todo, y me voy a comer al Burger King que había al lado. No pasa nada, en el Camino de Santiago se permite comer algo de basura a veces, que me paso todo el día pedaleando y lo quemo…

Peregrino 3.0

A la hora de irme me da mucha pereza volver al centro de Logroño para sellar en algún lugar, así que decido volver al Decathlon a poner un sello. Es un punto de “salvación” de mi Camino ya que vuelvo a tener un chubasquero completo y ahora también tengo algo de ropa ciclista para el frío, no tengo que ponerme el chubasquero como un pringao…

Pues cuando vuelvo a entrar el segurata me dice que no puedo estar ahí. Le digo que hace media hora curiosamente no pasaba nada, y me dice que es porque he comprado algo. Le digo que no sabe si voy a comprar otra cosa también ahora, pero el tío se pone tonto y se empeña en que no puedo estar en la tienda. Finalmente se acerca una empleada de Decathlon y le digo que sólo quiero sellar la credencial pero el de seguridad no me deja; un poco confusa trae el sello, lo estampa, y sigo mi camino. Buen monguer el segurata…

Salgo del polígono y retomo las flechas amarillas. El camino en esta zona pasa por una pista que parece ser “la ruta del colesterol” de Logroño, lleno de paseantes, runners, gente en bici, etc. Esta pista va a parar al Pantano de la Grajera, donde hay una zona tipo merendero, pero que veo muy vacía. Al salir de esta zona viene una subidita paralela a la autopista en la que me toca hacer un trozo a pie porque el terreno se complica un poco. En la parte más alta los peregrinos se han dedicado a poner palitos en la valla a modo de crucifijos. Sinceramente da un poco de mal rollo…

Camino de Santiago saliendo de Logroño
Saliendo de Logroño

Después ya es todo bajada hasta Navarrete. En el punto más bajo hay una bodega (Don Jacobo) con una figura gigante de una botella de vino (muy guiri todo) junto a un cartel que indica que quedan 576km para llegar a Santiago. Un último repechito y ya estoy en Navarrete.

Bodega Don Jacobo Camino de Santiago
Sí, muy guiri, pero yo hice una foto igualmente…

Me dirijo a buscar el albergue sobre el que había leído buenas críticas en internet (Albergue El Cántaro). Al llegar veo que es como un piso de viviendas, cosa que me extraña y creo haberme equivocado. Por si acaso llamo al telefonillo y sale una mujer por la ventana del segundo piso. Resulta que sí es el albergue, pero está lleno, lástima. La mujer me indica que hay otro albergue una calle más abajo y que pruebe ahí. Pruebo en ese y también están llenos… Me mandan al municipal que está enfrente. Voy al municipal y sí tienen sitio, pero no para la bici, que tendría que dormir atada fuera. No me hace mucha gracia así que busco en otro sitio, dejando el municipal como última opción. En ese albergue (Sombra del Laurel), a la salida del pueblo, tampoco tiene sitio, pero me dice que justo ha mandado a dos bicigrinos al albergue “Camino de las Estrellas”, que ha llamado antes, y ahí sí tienen sitio. Vaya, es justo el que he visto a la entrada del pueblo y he pasado de largo…

Llego al albergue y ahí el hospitalero me dice que sí tiene sitio. Dejo la bici en la entrada y subo a las habitaciones. Son habitaciones de 10 personas, 5 literas por cada habitación. Me comenta el hombre que pruebe en la habitación que ya tiene gente, y que si está llena pues que me vaya a la siguiente; que no le ha dado tiempo a arreglarla del todo, pero que se puede estar.

La habitación ya ocupada está llena, así que me toca la siguiente. Son las 5 y pico de la tarde, y a estas alturas ya dudo que llegue nadie más, así que con un poco de suerte estaré sólo y tendré sitio para dejar mis cosas, no oiré ronquidos, podré estar a mi bola… Y resulta que así fue.

Mi suite presidencial

Sigo mi rutina post-ruta: preparar la cama, ducharme, lavar la ropa, ponerme cómodo y tomar una cervecita, y me bajo al comedor. Se ve que sirven la cena a las 19:30, y como no llevo nada en las alforjas tendré que cenar en ese horario… Pese a que no tenga ni hambre. ¡No me acostumbro a estos horarios!

A la hora marcada nos sentamos a cenar sólo 4 personas. En la mesa estamos una mujer de Ohio que hizo el Camino en bici hace 16 años y ahora quiere repetir andando por algún motivo relacionado con su madre (del que no quiso dar detalles), un hombre escocés bastante mayor que hace el camino andando por segunda vez, y un hombre de mediana edad de Lyon, que empezó el camino andando desde la puerta de su casa el 19 de marzo (¡casi 2 meses andando y lo que le queda!).

El resto que estaban en la habitación no los he visto abajo, deben estar durmiendo hace rato ya. Cenamos pollo con patatas y unas chistorrillas para picar mientras intentamos hablar de algo, pero la conversación no fluye. La mujer era muy reservada/recelosa, al escocés no se le veía con muchas ganas de charlar, y el francés no hablaba una sola palabra de inglés ni español, y los demás no sabíamos decir nada en francés…

Acabamos de cenar sobre las 20:30 y todo el mundo se va a dormir. El hospitalero se marcha sobre las 21h. Yo no me encuentro con ganas de dormir y me pongo a escribir algunas notas para no olvidarme de nada al hacer la crónica, a ver si me entra un poco el sueño. Menudo día, el más duro con diferencia, lo he pasado muy mal por la mañana… El Camino del Ebro se ha endurecido mucho en los últimos kilómetros.

Por suerte todo ha ido mejorando poco a poco tras salir de Alcanadre. Ya llevo más de 500km rodados, en Logroño ha terminado el Camino del Ebro, el segundo que acabo tras el Camí de Sant Jaume, y ahora ya estoy en el Camino Francés; que supongo que no va a ser tan solitario como los caminos recorridos hasta ahora, y es que las penas compartidas son menos penas…

Datos de la etapa:

Distancia: 75,08km
Desnivel: +610m
Tiempo en movimiento: 5h43min
Tiempo total: 7h50min

Dinero gastado: 79,60€ (1,20€ del café en Alcanadre, 58€ gastados en Decathlon días atrás, 3,90€ del Burger, 10€ de la noche en el albergue, y 6,50€ de la cerveza y la cena)

Lugares donde dormir en esta etapa:

Alcanadre: Albergue de peregrinos de Alcanadre – Antigua estación de tren – 941 16 50 04 – La voluntad
Arrúbal: Albergue municipal – Al lado de la iglesia – 941431223/941431103 – 4€
Logroño: Albergue de peregrinos Albas – Plaza Martínez Flamarique, 4 (antigua plaza toros) – 941270832 – 12€ / Albergue municipal de peregrinos – c/Rua Vieja, 32 – 941248686 – 7€ / Albergue peregrinos Check in Rioja – c/Los Baños, 2 – 941 27 23 29 – 12€ / Albergue Santiago el Real – c/Barriocepo, 8 – 941209501 – La voluntad / Albergue Santiago Apostol – c/Rua Vieja, 42 – 941256976 – 10€ / Albergue Logroño – c/Capitán Gallarza, 10 – 941 254 226 – Desde 10€
Navarrete: Albergue sombra del Laurel – Ctra.Burgos 52 – 639 861 110 – 15€ / Albergue Buen Camino – c/La Cruz, 2 – 941 440 318 / Albergue Casa del Peregrino – c/Las Huertas, 3 – 630982928 – 8€ / Albergue el Cántaro – c/Herrerías, 16 – 941441180 – 10€ / Albergue Pilgrims – c/Abadía, 1 – 941441550 – 10€ / Albergue Camino de las Estrellas – Ctra.Burgos 9 – 618051392/941441603 – 10€

Continúa tu lectura sobre el Camino de Santiago en bici con la etapa anterior, la etapa siguiente, o la ficha del viaje.

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