Camino de Santiago en bici, Etapa 9: Boadilla del Camino – León

Pues como avanzaba al final de la etapa anterior, anoche dejaron a Jesús fuera del albergue. Salió a hablar por teléfono al único punto con algo de cobertura en todo el pueblo, y cuando el hospitalero salió echó la llave y ale, suerte con la vida. Menos mal que Jesús iba con sus amigos (y que ellos también tenían cobertura), así que pudo llamarlos para que le abriesen desde dentro y poder empezar esta etapa del Camino de Santiago empezando en Boadilla. Yo ni me enteré de todo esto, entré en coma nada más pillar la cama…

…y al despertarme apenas quedaba nadie en la habitación. Cagüenlaleche, cada día me pasa igual jajaja. Eran las 7:15 de la mañana y apenas quedábamos el grupo de ciclistas, un par de rezagados más y yo.

Preparo las cosas en el ritual que se repite cada mañana: acicalarme, vestirme de ciclista, doblar el saco con alta precisión (sino no entra en la funda el muy cabrón), guardar las cosas en las alforjas y la bolsa de manillar, y dejar mi trozo de albergue como si nunca hubiese pasado por ahí. A veces alucinaba de lo cerda que puede llegar a ser la gente dejando su basura y todo hecho una mierda…

En fin, a lo que iba, después de haberlo recogido todo me dirijo a la especie de “salón” que tiene el edificio donde hemos pasado la noche, y ahí ya están Jesús, Óscar y Toni desayunando algo y poniendo a punto las bicis. Me ofrecen algo de lo que llevan y me invitan a sentarme con ellos. La idea que tenía en un principio era salir en ayunas para comprar algo en cualquier supermercado de camino o tomarme algo en un bar, porque no contaba con esta invitación, que acepto gratamente.

Pillo una galleta que tienen por ahí, de las que compraron ayer por la tarde en Frómista. Le pego un bocado y me sabe salada y a tocino.

Pero qué…?

¿Pero esto qué es? Menuda trampa de galleta. Miro los ingredientes en la bandeja, y resulta que además de los ingredientes “de toda la vida” de las galletas, están hechas con manteca de cerdo y sal. Joer vaya faileo. Por suerte el pan de molde con paté de después me sentó mejor, o por lo menos acerté con el sabor… jajaja.

Acabamos de desayunar y voy a recoger la ropa que dejé tendida ayer, que por suerte ha secado bastante bien. Mientras la guardo en las alforjas el grupo de bikers sale para fuera. No recuerdo muy bien cómo fue el tema, pero les pregunté por algo del Camino, y si lo habían hecho antes. Resulta que Jesús sí es un veterano en esto del Camino de Santiago y me empezó a contar cosas y despejar mis dudas. Y charlando charlando… Pues me uní a su grupo y salí con ellos de Boadilla del Camino.

Fuimos charlando por una pista paralela a un canal de riego (que ahora veo que es el Canal de Castilla) que tocó cruzar a pie por un paso, y sin darnos cuenta ya estábamos en Frómista. Venga, 6km que se han pasado volando.

Cruzando el Canal de Castilla

La verdad es que me esperaba que Frómista fuera un poco más grande, lo tenía apuntado como un punto “importante” en el Camino antes de Carrión de los Condes. Muy grande no era, pero bueno, comparado con lo que nos esperaba…

Cruzando Frómista

Salimos de Frómista por una carretera hasta Población de Campos, donde el Camino se bifurca. Hay una variante marcada con chorrocientosmil monolitos, que transcurre por la carretera P-980 hasta Villalcázar de Sirga, y otra a mano derecha que va por una pista paralela al río Ucieza en dirección a Villovieco. Los carteles que había por la zona no nos aclaraban gran cosa (de hecho nada), así que preguntamos a un paisano que pasaba por ahí, que nos aconsejó el tramo alternativo a la carretera, que era más bonito.

El tramo de carretera estaba marcado 14 veces más que el otro

Tras un trozo de pista ancha para llegar a Villovieco ellos se quedaron atrás y yo los esperé un rato en la entrada del pueblo. No sé si es que tuvieron problemas o querían que tirara para no verme más, pero tras dudarlo unos segundos decidí esperar ya que estaba cómodo con ellos. El ritmo era bueno, la charla era mejor, y a no ser que viese claras señales de que molestaba pues pretendía acoplarme full equip para hacer más amenos los kilómetros… jajaja.

Pisteo por aquí…
…pisteo por allá…
…y la entrada a Villovieco

Sobre la elección de la variante, creo que hicimos bien. Tras la pista ancha a Villovieco pasamos a un camino un poco menos transitado, más estrecho, con árboles y el riachuelo al lado… No lo sabíamos, pero sería el último trozo de este tipo que nos íbamos a encontrar en todo el día. Se me pasó volando mientras Jesús me contaba batallitas de sus Caminos y yo le iba contando las vivencias del mío. La anécdota de Remedios del día anterior fue el tema estrella.

De Villalcázar de Sirga salimos por carretera en ligera subida, donde decido ponerme a pedalear de pie porque mi culo pedía tregua. Al “coronar” la cuesta (entre comillas porque era un peo de subida) me siento de vuelta en el sillín para afrontar la bajada cuando noto un fatídico crujido.

La salida de Villalcázar por carretera, y el Camino al lado

¡¡¡CRAC!!!

“Mierdamierdamierda, he roto algo pero no sé qué es. Que no sea la rueda otra vez, joder, nonononono…”

De repente noto cómo se me va la cadera hacia la izquierda cada vez que pedaleo. He partido un raíl del sillín.

¡Eh que esto estaba entero hace 2 minutos!

Tiene guasa porque ya es el segundo que parto, el raíl izquierdo ambas veces. La primera fue cuando esta era mi bici para todo tipo de rutas: partí el sillín en una salida de domingo cualquiera, lo cual no suponía mayor problema que una putada. Era cuestión de llegar a casa y comprar otro.

Como ese sillín me había ido de lujo y había hecho miles de kilómetros con mis posaderas en él decidí comprar otro igual. Pero esta vez decidió traicionarme un domingo 6 de mayo, en medio de la nada, y sin posibilidades de arreglarlo.

Llegamos a Carrión de los Condes de bajada y le comunico al grupo la noticia. Se quedan un poco a cuadros, porque partir un sillín sentándote en él es de gordos (o de mala suerte), y luego porque es domingo y no hay nada cerca que se parezca mínimamente a una tienda de bicis.

¿Mola mi tapa de potencia a juego con la baldosa?

Pese a todo, son super majos y en Carrión entran en los pocos sitios que hay abiertos preguntando por alguna tienda de bicis, o una ferretería, o algo para apañarlo mientras tanto y poder seguir con la ruta… Lamentablemente sin éxito.

Carrión de los Condes

Paramos en una plaza en Carrión debatiendo qué podemos hacer. Yo recuerdo que el otro lo apañé con un palo gordo atravesado, que apañaba bastante bien para ir tirando. Lo malo es que ahora no había mucho bosque cerca para encontrar un trozo de palo, así que repaso mentalmente todo lo que llevo encima a ver si algo de eso me puede servir… Y caigo en la cuenta de que el candado podría valer. Lo enrollo alrededor de los raíles para que la base de plástico del sillín apoye en él, y oye, parece que el resultado es incluso mejor de lo que esperaba. El sillín todavía queda algo ladeado, pero nada que ver con cómo estaba antes, que no se podía pedalear sentado.

La rotura…
…y el apaño

Antes de salir de Carrión decidimos comer algo y llenar bidones, ya que Jesús nos avisa de que a partir de aquí hay poca cosa. Y no está equivocado.

Salimos por una carretera sin tráfico unos 5 kilómetros, hasta empalmar con la pista de tierra que sigue el trazado de la antigua Via Aquitana (o Aquitania) de la época romana. Esta pista une Carrión de los Condes y Calzadilla de la Cueza en un tramo de pista de 17 kilómetros donde no hay nada. No es un dicho, es que no hay NADA. Tan solo una pista compacta, blanca y polvorienta, que parece no acabar nunca en el horizonte. Ni una fuente, ni una sombra… Se puede hacer bastante duro, además porque es un falso llano que va picando para arriba poco a poco. Por suerte rodamos cómodos a buen ritmo, y en algo menos de una hora ya lo acabamos y llegamos a Calzadilla de la Cueza.

Esto mismo durante 17 kilómetros

En Calzadilla pregunto si paramos a tomarnos algo, una cocacola, un café… Necesito cafeína, que me siento aletargado, jajaja. El grupo decide que es mejor no parar sino seguir ahora que tenemos buen ritmo, y así llegar a Sahagún antes de que el sol pegue muy fuerte. Bueno, vale, pues vamos allá. Una vez más no quería separarme del grupo porque el trayecto se hacía mucho más agradable entre charlas y risas. Y visto cómo era el terreno por la zona, mejor ir acompañado que sólo y comiéndome la cabeza pensando lo que me falta para llegar.

Seguimos rodando, por el Camino y la carretera

Y menos mal, porque desde Calzadilla de la Cueza hasta Sahagún el Camino resigue la N-120, pasando por Lédigos, Terradillos de los Templarios, Moratinos y San Nicolás del Real Camino. Veinte kilómetros de asfalto caliente, sin sombras y sin nada destacable. La autopista a mano derecha, la meseta a mano izquierda, y una larga hilera de peregrinos: algunos por la pista paralela a la carretera, y otros por el asfalto. Nosotros rodamos por la carretera para molestar menos y avanzar más rápido. En el trayecto nos cruzamos con una pareja en bici que hacen que Jesús se pique con ellos en las subidas porque no entiende cómo pueden ir tan rápido (resulta que eran bicis eléctricas), y con un grupo de peregrinos que están rodando ¡en Bromptons! Fue gracioso ver esas bicis tan pequeñitas en esa situación.

La carretera que viene desde el horizonte…
…y llega hasta el horizonte

Bajo el sol de mediodía (debían ser cerca de las doce) la carretera iba dibujando un continuo sube-baja que superamos en una hora y poco para llegar triunfales a Sahagún, el punto medio del Camino entre Roncesvalles y Santiago. Habíamos hecho 64 kilómetros de etapa, lo cual no está mal, pero todavía era relativamente pronto y yo tenía el problema añadido del sillín. No parecía haber tienda de bicis en el pueblo para cambiarlo mañana.

Yo calculando qué hacer con el sillín y la etapa de hoy

Ellos tienen claro que finalizan la etapa en Sahagún, y que echarán la tarde tomando unas cañas en el pueblo. Yo me lo pienso un poco y decido que seguiré avanzando. La idea es llegar a León, aunque sea tarde, para comprar un sillín al día siguiente y seguir con el Camino. Lo que mañana no pueda avanzar lo intentaré ganar hoy. Sobre el papel no parece mala idea…

Nos despedimos y nos hacemos una foto de recuerdo. Majísimo grupo, con Jesús todavía me veo de peras a uvas y quedamos para dar una vueltecilla en bici.

Un placer amigos, habéis sido la sorpresa en mi Camino

Ellos se van para el albergue y yo abro Google Maps para buscar algún bar/restaurante cercano que esté bien. Encuentro uno con muy buenas valoraciones y que parece barato, y para allá que voy. Bar Karina se llama el sitio. Lo único “malo” que puedo decir del sitio es que la bici la tuve que dejar fuera y no había sitio donde atarla, y yo para esas cosas soy muy maniático. Por lo demás fue excelente. Comí un menú de primero, segundo, pan, bebida, postre y café por 11,10€, que me supo a gloria y me dio el FUA necesario para superar la segunda parte de la jornada.

Salgo de Sahagún sobre las dos y cuarto de la tarde. La temperatura que marca es de 28ºC, pero parecen 38 de lo fuerte que pega el sol. Me pongo crema solar a paladas, hasta que parezca que me he cubierto de una capa de yeso, y decidido salgo en dirección a León.

Si la parte hasta Sahagún era aburrida, la que me esperaba a continuación era soporífera. 40 interminables kilómetros de asfalto, con una pista de tierra al lado para los caminantes. Ni una sombra pese a que hayan plantado árboles a lo largo del camino con toda la buena intención. Pero es que los árboles son demasiado jóvenes, y hasta de aquí bastantes años no darán un poco de cobijo. No quiero imaginarme cómo tiene que ser este trozo en los meses fuertes de verano… O lo haces pronto por las mañanas o acabas frito al sol.

Me llama la atención un chico de Badalona que camina con su perrita Mimi, con sus alforjitas y todo, adorable. Salieron el 2 de abril desde casa, ¡ya llevan más de dos meses andando! Por lo que me cuenta parece ser que el Camino todavía no está muy abierto ni adaptado para caminarlo junto con nuestros compañeros peludos, esperamos que sea cuestión de tiempo que esto cambie.

Mimi y sus alforjitas

Tras dejarlos atrás me encuentro más solo que la una, intentando devorar kilómetros tan rápido como sea posible para llegar a León y descansar un poco. El paisaje es el mismo y las dos horas y pico de pedaleo hasta Mansilla de las Mulas se me hacen laaaaaaargas e interminables.

La intención de los árboles es buena, pero todavía son muy jóvenes

Para ponerlo mejor todavía, desde Mansilla sales paralelo a la N-601, para cruzar Puente Villarente y empezar una subida por pista que pese a ser de 9 kilómetros, parece no acabar nunca.

Son las 5 de la tarde y me encuentro en Arcahueja, a media subida, a 33ºC a la sombra, y metiendo la cabeza en una fuente para refrescarme un poco. Ya empiezo a estar al límite de mis fuerzas, o de mi paciencia, ya no sé. Cuando la cabeza no quiere tirar más, el cuerpo no responde, y creo que éste era el caso. Además la rodilla derecha empieza a dolerme, yo creo que de rodar tantos kilómetros con la postura forzada y el sillín roto.

Arcahueja queda al final de la cuesta

A la entrada de León la N-601 se desdobla y se vuelve peligrosa para circular por ella, así que el Camino transcurre por una alternativa más amigable. El problema es que el puente de paso de peregrinos está cortado (que es por donde me mandaba el track), así que toca seguir las indicaciones de las señales de las obras y dar un rodeo por un polígono en subida para poder llegar a León.

En el kilómetro 116 corono esta última cuesta. Qué subida tan gratuita… Con todo el molinillo metido subo a unas antenas para ver la ciudad desde arriba y luego bajar como una bala por una pista de tierra, ains…

Por fin llego a León

Ya pisando en el asfalto de León decido no probar suerte por el centro porque es tardísimo y seguro que todo está lleno (¡ya son las seis de la tarde!) sino asegurar el tiro yendo a un albergue que tengo apuntado que está muy bien, pero que queda a las afueras.

Llego al albergue (Albergue Santo Tomás de Canterbury) y me llevo una grata sorpresa. Está nuevo, limpio, con una cocina relativamente grande, una sala donde guardar las bicis y trastearlas si es necesario…

El mural del albergue, con bicigrino incluído
Habitaciones a la izquierda, baños a la derecha
La sala guardabicis
Comedor
Cocina
Una de las habitaciones

Compartiré habitación con Ayumi, una chica japonesa, y con Don, un señor de Branson (Missouri, USA), que justo acaba de llegar para empezar su Camino desde León.

Tras acomodarme, ducharme, lavar la ropa y esas cosas, charlo con Don y decidimos salir a tomar algo al bar de la esquina, para que tenga una primera experiencia española con las tapas y las cañas. Se ve que además hoy es el Barça-Madrid y el bar se llena hasta los topes. Todo el mundo con las camisetas de fútbol y yo en chándal y unas chanclas con calcetines… jajaja.

Parece que Don disfruta de esa inmersión tan spanish y tan de golpe; me alegro de que la primera impresión que haya tenido del Camino sea buena, siempre es agradable empezar un viaje con buen pie. Agradecido por ello, Don me enviaría un libro a casa un mes después de realizar el Camino. Desde aquí aprovecho para agradecérselo de nuevo. Thank you, Don!

Cuando acaba el partido nos volvemos al albergue. Don se va a dormir, y yo decido quedarme en el comedor para escribir las notas en mi libreta, sino seguro que algo se me olvida de este largo día. Mientras estoy escribiendo se me antoja comer otra vez, parece que no he tenido suficiente con las tapas. Decido pedir una pizza y esperar mientras escribo.

La pizza se retrasa bastante y llega sobre las 23:20. Tardísimo en horario Camino, pero hoy no tengo prisa, tengo que esperar a que mañana abra la tienda de bicis a las 10 de la mañana.

Empiezo a comer mi pizza y veo cómo una mujer va hacia la cocina. ¿Le habrá entrado el hambre a estas horas? La mujer entra a oscuras en la cocina, y a los pocos segundos oigo un golpe seco.

“Hostias, que sa matao”

Voy a la cocina a ver qué ha pasado y la ayudo a levantarse del suelo. Lleva una venda en la rodilla y tiene toda la pierna hinchada. Vaya tela.

Por lo que entiendo, la mujer se llama Suh Hee Sun (Isabel para los amigos) y es de Corea. No habla nada de castellano ni de inglés, por lo que nos entendemos a través de gestos y sonidos, bastante gracioso todo.

Parece ser que la rodilla le duele mucho y no puede dormir del dolor. Ha ido a la cocina a ver si había algo de hielo para ponérselo, pero no lo hay. Le pregunto si voy al bar de al lado a buscar hielo, pero creo que no me entiende. Así que me levanto y me voy al bar. La mujer se queda con toda la cara de WTF, pero entiende la situación cuando vuelvo con la bolsa.

Me lo agradece en Coreano y se queda conmigo en el comedor con la pierna en alto. Era una situación un poco violenta, yo ahí comiendo y ella mirándome desde el otro lado de le mesa. Le ofrezco un trozo de pizza y lo rechaza diciendo que ella es feliz viéndome comer a mi porque la he ayudado (¿? O eso entiendo… Jajaja).

Intrigado por su situación le pregunto y me cuenta a través de signos y dibujitos. Parece ser que vienen con una especie de “tour” cerrado desde Corea, con una parroquia o iglesia o algo así, en la que ella participa, o es voluntaria. Tienen todas las etapas planificadas: donde van a comer, donde van a dormir, donde paran y donde no… Andan unos 30-largos kilómetros al día, y a un ritmo bastante vertiginoso. Quien no puede seguir andando, sigue en taxi. Una locura, no me parece normal… Ella parece ser que no está acostumbrada a andar tanto ni tan rápido, y se ha hecho daño en la rodilla por forzar e intentar seguirle el ritmo al grupo. Ahora entiendo las historietas que oía de los Coreanos que se levantan a las 4:30 de la mañana y andan locuras de kilómetros haciendo la “pole” al resto…

Vamos, que se acaba el sitio en el albergue!!!

El nombre de Isabel se lo ha puesto ella (creo que se ponen un nombre occidental) porque le gusta por Isabel la Católica (¿puede ser o he entendido mal?). Seguirá el resto de las etapas en taxi. Normal, casi ni puede andar. Me enseña fotos del Camino con el resto del grupo, y me pide ver fotos que haya hecho yo yendo en bici, parece que le gusta el rollo bicigrino. Se ve que hace dos años estuvo de turismo por Barcelona y quiere volver.

Cuando ya estoy acabando de comer me pide tomarme una foto de recuerdo. Pensaba que quería una juntos pero no, me hizo una foto a mí sólo bebiendo cerveza… jajaja. Yo hago una también, porque es de esas cosas surrealistas que tienes que recordar.

Con Isabel la Católica

Acabo de cenar sobre las 00:30 y me voy a dormir. Isabel me anota su dirección en Corea por si algún día estoy por ahí (no entiendo nada, lo escribió en coreano…) y se queda en el comedor con la bolsa de hielo porque dice que la rodilla le duele bastante todavía y no podrá dormir. La etapa de hoy ha sido la más larga de todas. Jesús, Óscar y Toni me han hecho muy amenos los primeros 64km. Les agradezco un montón su buen rollo y el hecho de haberme acogido como uno más del grupo sin conocerme de nada. Se notaba de primeras que son muy buena gente. La segunda parte en solitario se hizo mucho más dura pero creo que hice bien en seguir hasta León debido a “la nada” que había en medio. El rato con Don en el bar estuvo muy ameno; espero que tenga un buen recuerdo de su día cero de Camino. Y espero que Isabel no guarde un mal recuerdo de su Camino debido a la rodilla. De lo único que me arrepiento es de haber llegado con el tiempo tan justo y no haber podido visitar León en condiciones… Me queda como punto pendiente para otra ocasión.

Datos de la etapa:

Distancia: 117,62km
Desnivel: +654m
Tiempo en movimiento: 6h36min
Tiempo total: 9h11min

Dinero gastado: 36,60€ (11,10€ de la comida en Sahagún, unos 6€ de las tapas con Don, 11,50€ de la pizza, y 8€ del albergue)

Lugares donde dormir en esta etapa:

Frómista: Albergue municipal – Pza.San Martín – 979811089 – 686579702 – 8€ / Albergue Canal Castilla – c/Estación – 979810193 – 693465737 – 18€ MP / Albergue estrella del camino – 979810053 – 979810399 – 9€ – sin cocina
Población de Campos: Albergue mpal. – c/Fuente Nueva, 5 – 685510020 – 979811099 – 5€ / Albergue la Finca – Ctra.980 – 979067028 – 10€
Villarmentero de Campos: Albergue Amanecer – c/Jose Antonio, 2 – 662279102 – 6€
Villalcázar de Sirga: Albergue mpal. – tras ayto. – 979888041 – La voluntad
Carrión de los Condes: Albergue del Colegio del Espiritu Santo – Pza.San Juan, 4 – 5€ / Albergue parroquial – Pza.Sta.María – 979880768 – 5€ / Albergue Sta.Clara – c/Sta.Clara, 1 – 979880768 – 5€ / Albergue Hermanas Filipenses – c/Leopoldo Maria de Castro, 6 – 979880031 – 671020912 – 22€
Calzadilla de la Cueza: Albergue municipal – c/Mayor, 1 – 670558954 – 5€ / Albergue Camino Real – c/Travesía Mayor, 8 – 979883187 – 616483517 – 7€
Lédigos: Albergue la Morena – c/Carretera, 3 – 626972118 – 655877305 – 15€ / Albergue el Palomar – c/Ronda de Abajo, 23 – 979883614 – 979883605 – 7€
Terradillos de los Templarios: Albergue los Templarios – 667252279 – 979065968 – 8€ / Albergue Jacques de Molay – c/Iglesia, 18 – 979883679 – 657165011 – 10€
Moratinos: Albergue Moratinos – c/Real, 12 – 638222720 – 979061466 – 10€ / Albergue San Bruno – c/Ontanon, 9 – 979061465 – 672629658 – 10€
San Nicolás del Real Camino: Alberguería Laganares – c/Nueva, 1 – 979188142 – 629181536 – 9€
Sahagún: Albergue municipal Cluny – c/Arco, 78 – 987780001 – 987781015 – 5€ / Albergue Viatoris – Travesía del Arco, 31 – 987780975 – 7€ / Albergue el Labriego – Av. Doctores Bermejo y Calderón, 9 – 622 646 136 – 8€
Calzada del Coto: Albergue municipal San Roque – c/Real – 987781233 – La voluntad
Bercianos del Real Camino: Albergue de peregrinos parroquial – c/Sta.Rita, 11 – 987784008 – La voluntad / Albergue Sta.Clara – c/Comunión, 2 – 605839993 – 987784314 – 8€ / Albergue la Perala – c/Camino Sahagún – 685817699 – 10€
El Burgo Ranero: Albergue mpal. Domenico Laffi – c/Fray Pedro del Burgo – La voluntad / Hospedería Jacobea el Nogal – c/Fray Pedro, 44 – 667207454 – 10€
Reliegos: Albergue de Ada – c/Real, 42 – 691153010 – 8€ / Albergue de la Junta Vecinal Don Gaiferos – c/Escuela – 987317801 – 5€ / Albergue Piedras Blancas II – c/Cantas – 987190627 – 607163982 – 9€ / Albergue vive tu camino – c/Real, 56 – 987317837 – 9€
Mansilla de las Mulas: Albergue Gaia – Av.Constitución, 28 – 699911311 – 987310308 – 8€ / Albergue mpal. – c/Puente, 15 – 987311250 – 661977305 – 5€ / Albergue Jardín del Camino – c/Camino Santiago, 1 – 987310232 – 600471597 – 10€
Puente de Villarente: Albergue San Pelayo – c/Romero, 9 – 650918281 – 987312677 – 9€ / Albergue Delfín Verde – Ctra.General 601, 15B – 987312065 – 5€
Arcahueja: Albergue la Torre – c/La Torre, 1 – 987205896 – 669660914 – 10€
León: Checkin Leon – c/Alcalde Miguel Castaño, 88 – 987498793 – 686956896 – 10€ / Albergue San Francisco de Asís – c/Alcalde Miguel Castaño, 4 – 987215060 – 637439848 – 10€ – lavandería gratis / Albergue y hospedería las Carbajalas – Pza.Sta.María del Camino, 7 – 680649289 – 5€ / Albergue Unamuno – c/San Pelayo, 15 – 987233010 – 601377423 – 10€ / Albergue Santo Tomás – c/La Lastra, 53 – 987392626 – 8€ / Globetrotter Urban Hostel – c/La Paloma, 8 – 987103267 – 15€ / Albergue Muralla Leonesa – c/Tarifa, 5 – 987177873 – 12€

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