Libro de Ruta para el Camino de Santiago en MTB

Camino de Santiago en Hontanas

He pensado que, tras publicar mi crónica del Camino de Santiago en bici, y habiendo nombrado mi Libro de Ruta varias veces en las diferentes etapas y en el equipaje a llevar, podía ser bueno compartirlo con el mundo para todo aquél que esté interesado. Así que aquí tienes mi Libro de Ruta para el Camino de Santiago en MTB desde Barcelona o alrededores, para que puedas embarcarte en la aventura sin tener que preocuparte de nada.

Pero empecemos por lo primero…

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Camino de Santiago en bici, Etapa 14: O Pedrouzo – Santiago de Compostela

Llegó la etapa final del Camino de Santiago en bici; hoy llego al destino, y con el billete de avión ya comprado la tarde anterior, sólo me tengo que preocupar de llegar antes de media tarde. En principio parece fácil pase lo que pase. Si tengo alguna avería mecánica muy extraña (espero que no, toco madera) a las muy malas puedo hacer los 20kms que me separan de Santiago a pie, que me daría tiempo.

Última mañana de mi ritual caminero. Me levanto a las 7 de la mañana, (otra vez más queda poca gente en el albergue), recojo mis cosas, monto las alforjas, recojo lo que dejé tendido en el patio ayer por la tarde, y desayuno lo que me queda en las alforjas sentado en la entrada del albergue: un batido de chocolate que compré ayer por la tarde, y un croissant que todavía me queda… ¡de León!

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Camino de Santiago en bici, Etapa 13: Portomarín – O Pedrouzo

Como casi todas las noches que he dormido haciendo el Camino Francés en bici, a las 6 de la mañana ya hay movimiento por la habitación. Las linternas de los móviles y los ruidos de las bolsas de plástico, mochilas, murmuros, hacen que sea imposible seguir durmiendo (o por lo menos sin tapones para los oídos), así que lo único que queda es ir desperezándose para levantarse y partir.

Los horarios de los caminantes son muy diferentes a los de los ciclistas (o por lo menos así es según mi experiencia): los primeros suelen salir de los albergues antes de que amanezca para empezar a andar con el fresquito y así llegar al destino antes de mediodía, evitando las horas de más sol y calor. Comen en el pueblo o ciudad en el que pasarán la noche, y ya se quedan ahí a echar la tarde hasta el día siguiente. Los ciclistas en cambio salimos un poco más tarde y pedaleamos todo el día para llegar al principio de la tarde a nuestro destino. Parece que sobre la bici el sol se hace menos pesado.

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Camino de Santiago en bici, Etapa 12: Vega de Valcarce – Portomarín

Vistas desde O Cebreiro

Amanece un nuevo día… bueno, parece que todavía no, porque por lo poco que puedo ver a través de las ventanas del albergue es que el sol no ilumina las calles. El cielo se va aclarando, pero el hecho de estar en un valle hace que los rayos solares tarden un poco más en alcanzarnos.

Cagüenlaleche, todavía no ha amanecido y ya está la gente on fire dando vueltas y empaquetándolo todo para marcharse. Y yo que he dormido poco y mal… entre los que ayer se quedaron fuera hasta tarde, el somier hecho de varillas soldadas de esas que le ponen al hormigón armado, y el colchón que no es más que una colchoneta de gimnasia, mi sueño no es que haya sido muy reparador.

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Camino de Santiago en bici, Etapa 11: Rabanal del Camino – Vega de Valcarce

Ha estado toda la noche lloviendo, y como de costumbre yo no me he enterado de nada… ¡Qué bueno es estar tan hecho polvo y dormir como un bebé cada noche!

Anoche me puse el despertador a las 7 de la mañana para levantarme un poco antes, ya que hoy tocaba subir la Cruz de Ferro (y bajarla, pero eso es más fácil), y quería ir con tiempo de sobras por si acaso.

Pues bien, resulta que me despierto a las 7 y cuando miro alrededor apenas quedan 2 o 3 personas más en la habitación.

«Joer, cómo madruga la gente aquí, ¿no?»

Empiezo a hacer las alforjas en el ritual de cada mañana, recogiendo mis cosas desperdigadas por la litera, cuando veo que entran dos mujeres, supongo que del albergue, y empiezan a recoger fundas de colchón, cosas que hay en el suelo y demás. Una se acerca hacia mí:

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Camino de Santiago en bici, Etapa 10: León – Rabanal del Camino

Esta etapa del Camino de Santiago desde León me la iba a tomar de relax. Ayer hice un esfuerzo extra para recorrer una centena de kilómetros a través de los secarrales de la meseta y poder tomarme la etapa de hoy con más calma. Necesitaba comprar un sillín para la bici, montarlo, comprar comida y aprovisionar las alforjas; y ya de paso visitar un poco León, que me habían hablado muy bien de esta ciudad. Ah, y sin olvidarme de avanzar lo máximo que pueda para no perder el buen ritmo que llevo.

Anoche entre una cosa y otra me acosté tardísimo (tardísimo para lo que es el Camino de Santiago, porque en mi día a día es una hora normal…) pero no había problema porque el albergue no tenía por qué dejarlo hasta las diez de la mañana.

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Camino de Santiago en bici, Etapa 9: Boadilla del Camino – León

Pues como avanzaba al final de la etapa anterior, anoche dejaron a Jesús fuera del albergue. Salió a hablar por teléfono al único punto con algo de cobertura en todo el pueblo, y cuando el hospitalero salió echó la llave y ale, suerte con la vida. Menos mal que Jesús iba con sus amigos (y que ellos también tenían cobertura), así que pudo llamarlos para que le abriesen desde dentro y poder empezar esta etapa del Camino de Santiago empezando en Boadilla. Yo ni me enteré de todo esto, entré en coma nada más pillar la cama…

…y al despertarme apenas quedaba nadie en la habitación. Cagüenlaleche, cada día me pasa igual jajaja. Eran las 7:15 de la mañana y apenas quedábamos el grupo de ciclistas, un par de rezagados más y yo.

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Camino de Santiago en bici, Etapa 8: Villafranca Montes de Oca – Boadilla del Camino

La noche anterior no se apagaba la luz ni a tiros y la habitación se llenaba de improvisadas “cabañas” hechas con toallas y ropa, gente con la cara tapada por una camiseta y demás… Hasta que finalmente a las 23h se hizo oscuro y pensaba que por fin podría dormir… Pero no.

Empezó la función de la orquestra nocturna del albergue, y es que eso era un festival de ruiditos de lo más variopintos. Desde los clásicos ronquidos y respiraciones ruidosas, hasta ruiditos de saco de dormir, alguna bolsa de plástico, alguien que parecía que estuviese comiendo patatas fritas, y algún que otro peregrino que regaló un pedaco explosivo a los presentes. A la mañana siguiente sería fácil encontrarlo porque seguro que su saco de dormir estaría agujereado después de tal explosión.

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Camino de Santiago en bici, Etapa 7: Navarrete – Villafranca Montes de Oca

Primera noche en el Camino de Santiago en la Rioja, y primera también del Camino Francés, y al final con la habitación para mí solo. Genial. He dormido tranquilo y no me he enterado de nada, hasta el punto que cuando bajo a las 8:15 al bar del albergue resulta que ya no quedaba nadie en él. Joer, pero si había un cartel de que a las 9 hay que dejar la habitación libre, pensaba que la gente apuraría un poco más, pero ya se ve que no.

El hospitalero me saluda tras la barra, recordándome que soy el último que queda por salir. Mientras me sirve el café con leche que le he pedido, le pregunto si voy demasiado rezagado o qué:

– Eh… esto… ¿Y cuándo dices que se ha ido la gente?
– Los últimos salían a eso de las ocho, pero lo normal es salir sobre las seis o así.

¿Las seis? Ya estaba asustándome. Normal que ayer casi todos estuviesen acostados a las siete de la tarde.

Creo que me vio con la cara de asombro y continuó:

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Camino de Santiago en bici, Etapa 6: Calahorra – Navarrete

Suena el despertador y remoloneo un poco ya que estoy cansado y tengo una habitación para mí solo (y me lo puedo permitir, claro que sí). Hoy me espera mi etapa del Camino de Santiago entre Navarra y La Rioja. Desayuno con la calma en la propia habitación, recojo las cosas, y cuando lo monto todo en la bici y me dispongo a salir veo en el reloj que son las 9 de la mañana. Ahiva, sí que me lo he tomado con calma…

Al salir del albergue Calahorra me recibe con una racha de viento helada. Joer qué frío. Apoyo la bici en la pared del albergue mientras abro las alforjas en busca de más capas que ponerme por encima. Finalmente acabo poniéndome la camiseta térmica interior, el maillot, el chaleco, y el chubasquero, que es todo lo que tenía. Y si hubiese tenido más ropa me la hubiese puesto, porque la temperatura era de tan solo 8 grados, y toda la ropa que llevaba yo era de verano… El tiempo ha cambiado mucho desde que salí de casa y no me esperaba un frío así, no venía preparado.

Por si el frío no fuera poco, hoy sopla un viento fuerte y racheado, y seguro que soplará de frente siguiendo el Ebro. Me tocará tener paciencia porque el día se puede hacer largo.

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